LA CIUDAD COMO UN DESARROLLO ETICO Y ESTETICO

La ciudad se construye tanto desde una dimensión física como cultural, en un proceso de transformación global que afecta todos los aspectos del comportamiento biológico, social y espiritual del ser humano



La ciudad no puede definirse solo por sus espacios geográficos,  físico intraurbanos o de infraestructura,  sin embargo estos componentes forman parte fundamental y alcanzan un mayor grado de aceptabilidad y marcan una importancia significativa en la ciudad, en la medida en que además de funcionales se manifiestan de forma armoniosa y bella.
 


La dimensión social, es otro componente esencial de la ciudad, en la medida en que alcanza su realización creando una realidad integrada, que proporciona la posibilidad a sus habitantes,  de consumir la ciudad de manera equitativa, presentando buenas oportunidades como medio para mejorar el ambiente económico, social y personal.   A través de la conjunción de valores éticos y estéticos, se puede lograr la construcción de una cuidad mas humana, solidaria y estable, teniendo en cuenta que lo ético corresponde a una convivencia mas plena, y lo estético la belleza y la armonía necesarias para el crecimiento espiritual.
  
Hay entonces, que optar por una por una visión de conjunto, un proyecto totalizador e integrador, simultáneamente en una dimensión ética y estética.



EL JUEGO DE LOS OPUESTOS EN LA CIUDAD




La ciudad posee en su integridad, un conjunto de atributos paralelos que interactúan constantemente.   Teniendo en cuenta esto, es necesario reconocer que si la ciudad es sede de pensamiento, cultura y gestión, lo es también del conflicto, la contradicción y el contraste.


La ciudad manifiesta paralelamente una serie de cualidades y desperfectos que debido a su secuencia forman un complemento deficiente y poco alentador.  Mientras en la ciudad se vive orden de carácter estructural se manifiesta a la vez un desorden en distintos elementos que componen la ciudad dando lugar a las relaciones poco armónicas.  Existe una proporción que permite el deleite de la vida y sus cualidades, pero a la vez aparece la fealdad del irrespeto por ésta, las violaciones a la dignidad de las personas y los consecuentes  efectos que esto proporciona.  La ciudad posee una gran diversidad que la hace única, pero a la vez una homogeneidad de pensamientos neutros y negativos que no buscan el mejoramiento de sus condiciones, y evitan la originalidad.



Es posible descubrir en la ciudad la unidad de pensamientos activos, que buscan mejores condiciones y oportunidades, que buscan la libertan individual y colectiva, pero también es posible encontrarse con exclusión social y política, dispersión y desigualdad.   No obstante a pesar de todas sus contradicciones, la ciudad posee una cierta unidad, tanto en sus rasgos físicos como sociales, por otro lado se pueden reconocer altos grados de dispersión, efecto del rompimiento de los límites tradicionales,  y el aparecimiento de una periferia desconectada e individualista.
 

LA CIUDAD, UN PROYECTO ETICO Y ESTETICO


Patricio Gross
Arquitecto
Director Instituto de
Estudios Urbanos
Pontificia Universidad
Católica de Chile
 
 

Abordar la ciudad es una tarea de envergadura; en ella se plasman y desarrollan todas las dimensiones del ser humano en su más formidable diversidad y complejidad. "La ciudad lo reúne todo, y nada que se refiera al hombre le es ajeno" dirá de ella Walt Whitman. 

Al ver como se deja a un lado la importancia e influencia de la ciudad en el ser humano y en la vida social, se pretende dar la espalda a aquello que nos constituye como comunidad, y nos identifica tanto cultural, estética y socialmente, siendo primariamente lugar de convivencia, de intercambio y transmisión de experiencias y conocimientos.   Uno de los casos es Santiago de chile, donde parte importante de su ser es una realidad desmembrada, carente de valor debido a las múltiples acciones que afectan  su integridad y conservación, pero no es solo esta ciudad la que se encuentra afectada, es la ciudad en general la que ahora carece de perfección, motivo por el cual no permite una retroalimentación activa con la persona.

La ciudad se constituye como el hábitat insustituible de la humanidad y como respuesta a la tendencia y necesidad del ser humano de comunicarse, por lo que se hace necesario recrearla desde un marco ético-estetico que permita además de embellecerla físicamente, crear modelos de convivencia sanos que promuevan el libre desarrollo de las personas, generando un ambiente agradable y equitativo con buenos métodos de gobierno y gran producción de oportunidades.